Fácil o difícil
Por
Teodoro Briceño de la Parra
Fácil o difícil, en negro,
en blanco, a escala de grises o a colores, la vida se presenta en muchas
tonalidades dependiendo del origen, dependiendo de quien la vea, cómo la viva,
como la sienta.
Para muchas personas, me
incluyo, la vida presenta todas las tonalidades posibles, pasamos por muchas
fases y, en mi experiencia, depende mucho de la actitud con la que la
enfrentemos.
Depende de cada uno de
nosotros o nosotras, como personas, asumir una posición o actitud al respecto.
Nuestro carácter tiene mucho
que ver, en un momento yo pensé, conforme pasaban los años, me volvería menos
soñador, quizá más preocupado y más ocupado, más estable en mis pensamientos y
sentimientos.
Pero sorpresa, la vida no me
fue así, o no me va así, al contrario, he ido descubriendo un mar de infinitas
posibilidades, de caminos, de posiciones, la vida me va colocando en rumbos que
no creía o soñaba en determinado momento. Las preocupaciones quedaron y me
ocupé de ellas, pero he ido aprendiendo que deben quedar en su justa medida, ni
tanto que queme al santo ni tanto que no le alumbre.
¿Por qué? Pues porque las
pruebas, las crisis por supuesto han estado ahí, siempre presentes, acechando,
buscando quizá encontrarme en un descuido para hacerme caer, y quizá lo ha
logrado, pero también me han fortalecido. Esas pruebas y esas crisis han sido o
son en su caso, escuelas de entrenamiento, nos fortalecen, nos dan lecciones, a
veces en la vida es necesario caer para recordar que estamos vivos y que el
dolor también es necesario, por ejemplo cuando no paras de trabajar, cuando no
descansas el cuerpo te obligará de alguna y otra manera a hacerlo, desde una
gripe que te obligue a quedar en casa o un desmayo, porque en la vida también
debemos parar y reflexionar, evaluar, revisar, considerar, descansar, porque el
descanso es muy importante.
Todo esto me ha permitido, por
supuesto, a comenzar a definir posibilidades, asumir riesgos, darme mi lugar,
ser bondadoso y también egoísta, en el sentido de que si yo no me cuido, si no
me preocupo por mi bienestar y desarrollo, nadie lo va a hacer por mi, y mucho
menos lo voy a hacer por las otras personas, las que me rodean, las que se
cruzan en mi camino diariamente.
Si aprendo a cuidarme y
amarme, podré hacerlo por los demás, o podría ocurrir lo contrario, descuidarme
a mi mismo por cuidar y amar a los demás,
grave error, porque en realidad yo mismo me estaría haciendo menos, pensaría
que valgo menos que los demás, cuando no es así, cuando en realidad todas las
personas tenemos el mismo valor, la misma dignidad, con independencia de
nuestra propia historia, nuestras funciones, saberes y experiencias.
Todas la personas valemos y
mucho por el hecho de ser personas, pero la responsabilidad de lo que hagamos
con nuestra vida es sólo nuestra, no eres culpable por tu origen, por tu
nacimiento y circunstancias, pero si eres responsable de lo que hagas con ella,
con tu futuro, con tu persona.
Pero esta responsabilidad
implica miedo, aceptarlo y reconocerlo.
El miedo es parte de nuestra
vida, siempre estará ahí, en cualquier momento, pero también ese miedo nos
recuerda que estamos vivos, que tememos ser dañados, es temer perder la
seguridad, la tranquilidad, la vida, la salud, la familia, la pareja, el
trabajo, lo desconocido, es aquello que podría afectar nuestras vidas o nuestra
integridad.
¿Qué actitud asumir ante el
miedo? no lo sé con exactitud, en mi experiencia, he considerado el miedo como
algo que está ahí, y cuando lo acepto, se que las acciones o cosas que vaya a
hacer me permitirán aprender, reflexionar, reconocer, aceptar, entre otras
muchas situaciones.
El miedo, por supuesto es
algo natural, nos permite medir riesgos, nadie entrará en un lugar lleno de
serpientes venenosas, medirá el riesgo de coger armas, el miedo puede prevenir
accidentes, en este sentido el miedo, que nos permite estar alertas, es útil,
indispensable para la vida.
Pero a veces ese miedo se
traslada a otras esferas de nuestra vida, impidiendo que vivamos en plenitud.
El miedo a fracasar en nuestros
proyectos, el miedo a que se burlen de mi, de mi persona, de mi conocimiento
estará ahí, pero lo otro, lo que viene, el futuro estará también ahí, con
resultados derivados de cómo enfrentemos el miedo, la realidad.
El miedo es la antesala a
una nueva visión de la vida.
Creo que reconocer el miedo
como una herramienta es útil, tanto para prevenir como salvaguardar nuestra
integridad.
Pero el miedo, reconocerlo y
vencerlo en aras de nuestro crecimiento como personas es fundamental.
Cada etapa de mi vida,
echando una mirada atrás, ha significado correr riesgos, también sorpresas que
no esperaba pero que resultaron magníficas.
Algo que he aprendido es a
intencionar, una palabra nueva, a vislumbrar, a soñar, a visionar, a proyectar,
a decretar.
A ponerme en movimiento, a
hacer sinergia con la naturaleza, con el entorno, a preocuparme por mi espacio,
a considerar el impacto que hacemos con nuestras decisiones en la naturaleza,
en crisis en este momento.
Ahora me encuentro en una
etapa de consolidar algunos proyectos e iniciar otros, y créanme si me da mucho
miedo, pero también implica fuerza y saber que pueden suceder muchas cosas
buenas y malas, pero espero que las cosas buenas sean maravillosas.
Y es lo que quiero compartir
en este espacio con ustedes, atreverse a soñar, atreverse a hacer las cosas.
En este sentido, quiero
anunciarles que me encuentro iniciando una nueva etapa en mi vida personal y
profesional con un canal en Youtube y Podcast bajo el título de Xpresionns o
expresiones con Teodoro Briceño.
Recibiré críticas, por
supuesto, las espero, reconocimientos también, compartir todo lo que me ocurra,
también.
Este proyecto de Xpresionns
con Teodoro Briceño busca compartirles a ustedes mis proyectos, mis
pensamientos y sentimientos, será un diario personal pero bastante público, ya
que yo mismo soy el proyecto, así como lo escuchan.
Este esfuerzo es un reto,
esperanzador, pero se que muchas personas se encuentran en una etapa como yo,
en el que por la edad, por las circunstancias, por la preparación sienten
perder la esperanza.
Entre mis retos, es
compartir mi persona, lo que haré desde lo físico, el cuidado de la salud, por
supuesto mi desarrollo personal, lo espiritual, lo profesional.
Estaré en algunos momentos
con profesionales, hablando sobre esto de ser persona, de crear proyectos,
siempre por supuesto con mi actividad profesional.
En este campo, el
profesional, dedicaré un gran espacio a hablar sobre aquello que es mi campo,
las relaciones públicas, la comunicación, la imagen, la política, el
emprendimiento.
Quiero agradecer a las
personas que escucharon mi primer podcast y video, les contesto, si hablaré de
libros, de películas, de la vida política, de lo social, de tecnología.
Pero quiero decirles que en
el hecho de experimentar con mi persona, me pondré retos y los asumiré con
gusto.
En este primer mensaje,
hablé del miedo, porque lo tengo, a ser
exhibido, a ser criticado, a no llegar a ningún lado, pero también a reconocer
que voy a hablar sólo de aquello que conozco y quiero compartir, y también de
lo que estoy conociendo y compartiendo con ustedes.
Vamos a vencer el miedo,
vamos para adelante, no importa ni donde ni cuando, hay que hacer las cosas,
por nosotros principalmente y por nuestras familias, y agradeciendo siempre a
aquellas personas físicas y espirituales que siempre nos acompañan.
Vamos a creer en nosotros
mismos, vamos a creérnosla que si podemos, todo esta en nuestra mente, pero
también en las acciones para concretar aquello que pensamos.
Quiero un cuerpo sano, voy a
hacer ejercicio, pensarlo y hacerlo. No es sólo el propósito, sino intentarlo y
al intentarlo ejecutarlo, hacerlo, un día sí y al otro también.
Una casa no se construye
mágicamente, sentemos los cimientos, y coloquemos ladrillos uno a uno, pared
por pared, no importa la edad ni la situación en la que te encuentres, antes de
ser panadero o panadera, puedes vender donas, no esperar a sacar la lotería sin
comprar el billete, a Dios rogando y con el mazo dando.
Muchas historias de vida, de
éxitos, de grandes empresas, se construyeron tras fracasos y luchas, a los 20,
a los 30 o a las 70 o 80 años, la vida es maravillosa a cualquier edad y en
cualquier etapa, tú momento es ahora. Les invito a hacer de nuestra vida una
gran historia.
Gracias por leerme
nuevamente, les espero en este espacio la próxima semana y recuerden seguirme
en mis redes sociales:
En Facebook y YouTube como Teodoro
Briceño de la Parra, en twitter como @TeoBriceo en
Instagram Teo Briceño y en mi sitio www.teobp.com
Les amo.
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