miércoles, 13 de septiembre de 2017

El storytelling, contar historias


En nuestra infancia; los cuentos, las anécdotas y las historias que nuestros padres y abuelos nos contaban invadían nuestra cabeza de cientos de imágenes, creábamos mundos increíbles y nos transportaban hacia ellos. Nos adheríamos y nos encantaba acercarnos a aquellas personas que mejor contaban o narraban, queríamos más y más, en especial, de quienes contaban las mejores historias.

Ahora, en el mundo casi olvidado de los libros y los relatos orales, cientos de personas acuden a las salas de cine a ver y vivir las grandes historias, superproducciones que nos invaden de emociones o en su caso a lo mucho, nos aburren, pero ahí están, repitiendo lo que desde nuestra infancia nos ha encantado; que nos cuenten historias.

Los libros, afortunadamente, para placer de muchas personas, -no así una gran mayoría- siguen siendo una fuente de placer, que nos permite como en nuestra infancia, crear un mundo infinito de posibilidades. 

La televisión a través de sus telenovelas, los noticieros con sus reportajes y notas, nos siguen contando historias, pero no cualquier historia, sino la que ellos –productores y financiadores- quieren que tengamos en mente, la que cumpla sus objetivos, aunque en nuestra mente el único objetivo que tengamos sea el de entretenernos e informarnos en el mejor de los casos. Con el uso de internet y a través de las redes sociales, otros nos siguen contando historias, la otra versión de los cuentos, de la  novela, de las noticias. Nuestras posibilidades siguen creciendo, seguimos imaginando y otorgando nuevas significaciones a lo que ya conocemos.

Esto ya se ha convertido en una herramienta práctica del ejercicio de las Relaciones Públicas, y en situaciones de crisis, el final de esos cuentos de la infancia, se convierten en nuestras soluciones. Esas audiencias, de la que también formamos partes y que llamamos stakeholders, -ahora  comunidades-, dependiendo de la plataforma desde la que hagamos referencia, nos exigen información, pero con unas características más: desean ser escuchados, desean interactuar y tomar decisiones en empresas e instituciones que no son suyas pero participan en ellas como proveedores, compradores o como usuarios. ¿Cómo lograr el éxito y la vinculación para sacar adelante cualquier empresa tomando en cuenta a las distintas comunidades y/o públicos objetivos específicos? La respuesta se encuentra en la ética, en el manejo de principios y valores, en considerar nuestra máxima responsabilidad y actitud empática para con ellos.

Por eso debemos considerar  -y sirve lo anterior para señalar-, que quizá uno de nuestros principales errores en la comunicación que tenemos con estas comunidades es la estructura narrativa un tanto egoísta de contar; la de relatar nuestras historias a partir de nosotros, desde la perspectiva del emisor, en lugar de contar historias que nuestras comunidades desean escuchar, aquellas en las que ellos y ellas sean los protagonistas o les toque las emociones.

El storytelling; la gran panacea de la Publicidad y las Relaciones Públicas de  nuestro tiempo, herramienta que se ha convertido en relevante para llegar a un público distinto y diverso, con el único afán de captar su interés, su credibilidad y nos recomienden. 

¿Cuál será la clave para contar “nuestra historia” pero que también sea “su historia”? la respuesta quizá la encontremos al revisar sus necesidades, identificarlas, cuáles son sus características, qué les llama la atención, qué signos y símbolos son importantes para ellos, qué les molesta de la publicidad, qué les molesta de nuestro producto y que les agrada; y enfocarnos acerca de lo qué voy a comunicar y para qué –cuál es nuestro objetivo-.
¿Cómo encajar nuestro mensaje en sus historias sin que se vea o la sientan como una invasión a lo que les es propio?
¿Qué quieren escuchar nuestros públicos o comunidades en un mundo de desigualdad social, de inseguridad, de insatisfacción personal, de soledad, de muchos mensajes, de corrupción, de descontento social, de discriminación, de apatía hacia sus representantes gubernamentales?
¿Será la publicidad de siempre?
La respuesta, desde mi particular punto de vista es: las Relaciones Públicas, una estrategia de Relaciones Públicas focalizadas, a partir de ellos  y sus experiencias.
Una estrategia que parta de ellos y vuelva a ellos, una estrategia que otorgue un enorme valor a sus experiencias, a sus sentidos, a sus historias.
Una estrategia que considere a la ética como uno de sus baluartes, con sentido humano, con valores, incluyente y respetuosa de los derechos humanos, pero irreverente, audaz, sin miedo a la confrontación y sobre todo propositiva, que el mensaje se convierta en todo una experiencia de vida.
Me gustaría conocer tu historia @TeoBriceo

lunes, 11 de septiembre de 2017

Las Relaciones Públicas y la Opinión Pública

En esta ocasión quiero compartir con ustedes una reflexión sobre el papel de la Opinión Pública en el desempeño de las Relaciones Públicas, y parto de una experiencia que recién tuve, cuando en la organización de un curso en la materia, le pregunté a una persona experta en Relaciones Públicas si podría coadyuvar impartiendo un módulo sobre Opinión Pública, a lo que me contestó con otra pregunta: ¿Y qué tienen que ver las Relaciones Públicas con la Opinión Pública? Obviamente me quede sorprendido, pues esta persona además, preside un colegio o asociación de profesionistas en la materia, sugería además revisar el tema, porque no le parecía que fuera algo importante para tratar en un curso de Relaciones Públicas. Quedé en devolverle la llamada.

En este afán de seguir profesionalizándome en la materia, -pues no lo sabemos todo-, me dediqué a investigar un poco sobre este aspecto: la indisoluble unión entre la Opinión Pública y las Relaciones Públicas, pues este aspecto, es algo que yo considero fundamental antes de emprender una campañas de Relaciones Públicas, siempre forma parte de mi trabajo, el evaluar y considerar el terreno que estoy pisando y en el que pienso influir.

Este aspecto, más estudiado en el ámbito del periodismo, la política y el marketing, tiene una larga historia, pues de los datos que pude obtener, incluso quienes dieron la base a nuestra cultura occidental ya habían reflexionado al respecto y lo suponían como una de las columnas de la vida democrática, -con sus asegunes-.

Este asunto se remonta a los teóricos griegos como Protágoras, Herodoto, Demóstenes, Sócrates, Platón y Aristóteles entre otros, quienes lo definen como una forma de pensar mayoritaria, dándole términos como el de opinión popular, voz pública de la patria, saber vulgar y/o hasta sentido común para hacer referencia a una definición generalizada en torno a un tema compartido, que influye a la hora de tomar decisiones.

Para hacerlo más entendible, diremos que Opinión Pública es por su origen; el resultado de opiniones individuales sobre asuntos de interés común, originadas a partir de la convivencia humana, que de acuerdo a ciertas características, entorno y experiencias, le dan cierto valor, con el objetivo de influir en algunos modos, acciones o decisiones, que en muchos casos les suele o puede afectar.

Esta Opinión Pública afecta en la toma de decisiones; hacia lo general y lo particular, en relación con la vida de las personas. Esto a partir de que opiniones personales se introducen en el espacio o esfera pública, ahí se suman a todas las opiniones y expresiones que se desarrollan en torno a determinado tema, estas logran tal influencia que muchas veces saltan al ámbito de la opinión publicada.

En el ejercicio de las Relaciones Públicas, muchas veces, tenemos que tener pleno conocimiento de estos procesos; no se pueden tomar decisiones sin permear en este plano, más aún, identificar los procesos de formación de la opinión pública, las opiniones de los distintos públicos –stakeholders-, y su influencia en la  opinión publicada.

No podemos olvidar, que con la práctica de las Relaciones Públicas queremos influir en estos tres ámbitos para alcanzar un objetivo: estar en la mente de los demás, que los demás conversen de algún punto en concreto de nuestra empresa y que influyan en la opinión publicada o viceversa, que lo que algunos hablan sea retomado por otros y por quienes publican sus opiniones.

La importancia de la Opinión Pública es tal, que las Relaciones Públicas no pueden actuar sin considerarla. ¿Qué acaso con nuestros planes de relaciones públicas no queremos posicionarnos en la mente de nuestros públicos? Es a través de estos procesos que vamos a generar una imagen, a crear o fortalecer un producto, una persona, un personaje o una institución, y no cualquier imagen sino una Buena Imagen o la Mejor Imagen. Es decir, a través del ejercicio de las Relaciones Públicas buscamos generar un clima de opinión favorable independientemente de que se trate de un consenso momentáneo o a largo plazo.

Nuestras acciones como hechos de impacto social, son básicamente agentes modificadores de los cambios de mentalidad de los grupos objetivo, o por lo menos es lo que idealmente buscamos en torno a una persona, situación, pensamiento o institución.

Ese tal la importancia de la Opinión Pública en el ejercicio de las Relaciones Públicas, que no podemos soslayar que el clima de la opinión pública es un complejo mecanismo de opinión, de la suma de factores de todo orden tenidos en la convivencia social y que, en forma de mensajes generan un estado psicosocial anterior a la expresión y circulación de las reacciones públicas en proceso de retroalimentación, esta misma retroalimentación que modifica de muchas maneras los procesos de desarrollo de una estrategia de Relaciones Públicas.

En términos llanos y prácticos: nadie va a la guerra sin fusil, sin conocer a su enemigo y sin medir el terreno que está pisando. Aquí radica la importancia de conocer el vínculo que tiene el ejercicio de quienes nos dedicamos a las Relaciones Públicas y la Opinión Pública.


Me gustaría conocer tu opinión @TeoBriceo