Del poder de
los medios, al poder de la ciudadanía en los medios: el Quinto Poder
Por Teodoro Briceño de la Parra
En los nuevos tiempos se habla del poder de la ciudadanía sobre el poder
de los medios. Se ha discutido y en parte hasta sobredimensionado el poder que
han adquirido las y los diversos públicos sobre los llamados medios
tradicionales.
Se ha apostado a las redes sociales como espacio de discusión de lo
público y lo privado, se han convertido estas redes sociales en campos de tiro,
en foros de discusión, en bancos de datos, en ring de pelea, en medios donde se
puede hablar de todo, en el que una simple imagen o un video se vuelve noticia,
que salta del espacio en redes a medios de comunicación e información masivos
como los programas y noticieros de radio y televisión, de notas en diarios y
revistas.
Las redes sociales se han convertido en fuente de información para estos
espacios y viceversa, aunque no sea el mismo impacto y, quizá tampoco el mismo
público.
Los errores de los medios tradicionales han pesado y costado muy caros.
Las pérdidas sueles ser enormes, cada televidente o radioescucha menos, es
menos recurso para las empresas.
Es muy cierto que las conductas de la ciudadanía han modificado los
contenidos de estos medios, que buscan volver a ocupar el espacio y el poder
que tenían tan sólo unos 15 años atrás.
Esto ha obligado a las empresas a querer modificar sus programas y
políticas en cuanto a contenidos en su programación.
Otro factor son los contenidos on
demand, nuevas producciones, nuevas plataformas en las que el internet
sigue siendo el oferente primordial.
Así como los medios sufrieron las consecuencias de su error, ahora las
instituciones y gobiernos están pasando por lo mismo.
Tan es así que el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador,
parece que tiene su propio noticiario en redes sociales, transmite sin cortes,
con parte de su gabinete y personas invitadas, causa expectativa, hace
anuncios, compitiendo con noticieros de medios de comunicación tradicionales
como radio y televisión, que incluso retransmiten las conferencias de Obrador,
tratando de captar un público que han ido perdiendo poco a poco.
Pero como todo no es perfecto, pocas veces se tiene en cuenta que muchas
noticias e información que se transmite en redes sociales son fake new o
noticia falsa, ocasionando muchas veces una preocupación sin sentido.
Mucha personas sin formación ni información comparten sin verificar, dan
por cierto o verdades, algunas situaciones que no tienen nada que ver con la
realidad.
Existen retos en ambos campos; profesionalización, innovación, nuevas
ideas y mejores productos en los medios tradicionales y, capacidad de discernir
en la redes sociales por parte de las y los usuarios.
Las empresas, anunciantes, y otras instancias que buscan o desean darse
a conocer, dudan ahora en publicitarse a través de los medios tradicionales o
en redes sociales, muestran renuencias a anunciarse y apuestan por reducciones
en el presupuesto a su publicidad, buscando alternativas para hacer llegar a
sus públicos el mensaje de su producto o servicio.
Tenemos nuevos temas en la gran conversación online; derechos humanos,
nuevos mercados, eco friendly, comunidad lgbt, género, nuevas tendencias
laborales, etcétera.
La comunicación, sus formas y medios han evolucionado, los y las
protagonistas de los mismos están cambiando, es decir se van modificando
conforme a las necesidades de quien recibe y percibe la información.
Qué mensaje necesita enviar el emisor, ahora la respuesta la busca en
sus posibles públicos, y ¿qué necesita el público? Ser tomados en cuenta, ser
escuchados, ser identificados, ser protagonista de las historias.
Los nichos de la comunicación son incuantificables y su rastreo es una
tarea de todos los días.
El poder y su uso por medios y público cambia en la cancha, de ida y
vuelta, el otrora gran poder de los medios se ha visto mermado por el público
que se lo ha arrebatado sin pedir permiso ni anunciarlo.
El llamado Cuarto Poder depositado en los medios –prensa, radio y
televisión-, ha sido arrebatado, incluso se podría hablar del Quinto Poder, el
de usuarios de la internet y las redes sociales.
Este Quinto Poder ha modificado conductas de los tres poderes
tradicionales en un gobierno, también los contenidos en grandes medios, se
modifica a si mismo, se cuestiona, se rebela contra si, busca aportar de forma
vertiginosa nuevas soluciones a viejos y nuevos problemas. Aún el mismo poder
económico vinculado a los poderes políticos independientemente de su índole;
republicano o monárquico, parlamentario, se ven sometidos al poder de las redes
sociales y de la internet.
El acceso a internet es un derecho humano, cabe, si lo analizamos desde
el punto de vista del derecho a la información y conocimiento que tenemos por
el simple hecho de ser seres humanos.
Una política pública se pone en marcha, es que se busca resolver el
acceso a internet mediante instalaciones que provean de internet en espacios
públicos como plazas, escuelas, centros de salud, etcétera.
¿Es realmente la internet un monstruo de mil cabezas llamado el Quinto
Poder?
¿Se podría conseguir una sociedad informada y formada a partir de la democratización
del acceso a internet?
¿Se podrá identificar a quién o quienes se encuentran detrás de la
información, conocimiento y su manipulación en internet?
¿Después de las redes sociales se prevé una nueva forma de comunicación
y conexión entre seres humanos?
Un mensaje publicado en redes sociales no tiene el mismo peso que si lo
emiten en algún otro medio, y que también tiene que ver con la oportunidad en tiempo,
lugar y forma.
La tecnología, la información y su acceso evolucionan a pasos
agigantados con internet. Tenemos el uso de comandos para dar instrucciones
mediante la voz a dispositivos electrónicos en casa, con la reflexión que a la
vez que usamos internet permitimos una invasión a nuestra información personal
e intimidad.
Al ser parte de la red, podremos pensar en la pérdida de la
individualidad. Como seres humanos únicos buscamos ese espacio para ser
reconocidos, buscamos compañía desvalorizando la presencia real de quienes
tenemos a nuestro lado.
Con los dispositivos móviles, al salir de paseo, en coche o algún otro
medio, nos perdemos la oportunidad de apreciar el espectáculo natural que nos
ofrece el entorno.
Este Quinto Poder, que parece nuestro y formamos parte de él, nos
absorbe, nos perdemos en él, nos volvemos parte de él renunciando a nuestra
individualidad.
Este acceso a las redes sociales e internet es poder, pero su uso, la
forma de acceder quizá no sea tan nuestro. Existe algo que obviamos y no tomamos
en cuenta. Renunciar a ser único e individual para sumarnos a otros, a una
comunidad on line, a una red, que dista mucha de acercarnos como comunidad.
En fin, este mismo espacio ha servido para cuestionarnos, si lo
publicamos deja de ser nuestro para ser de una comunidad, que la desgarre, que
diga que nos contradecimos, pero en esa red o comunidad virtual, existimos.
¿Realmente generamos cambios sociales con la red, o la red genera los
cambios que sufrimos en la individualidad?
Me gustaría mucho saber qué historia se contará de nosotros y nosotras en
100 años.