viernes, 13 de febrero de 2015

Entre lo público y lo privado


En una comunidad, cualquiera que esta sea, convive un conjunto de personas, que además deben desarrollarse en dos ámbitos, campos o espacios diferentes; el público y el privado.

En el espacio privado, nos encontramos con todo aquello que toca directamente a nuestra persona, es decir que nos pertenece solamente a nosotros, que conforma nuestra propia historia, nuestras experiencias, nuestro pensamiento, nuestras tradiciones y costumbres familiares, relaciones de amistad y laborales, se destaca sólo aquello que nos atañe y afecta en  nuestro entorno más cercano.

Como espacio público, me refiero a aquel donde convergemos varias personas, que salimos de nuestro propio espacio para entrar en otro lugar para encontrarnos con personas y entornos diferentes, pero que tenemos algunos intereses en común.

Lo que regula este segundo espacio, viene aprendido del primero, es decir lo que aprendimos en casa, lo proyectamos afuera, en la calle, si seguimos reglas en casa o escuela, las tendremos que seguir en la plaza. Si respetamos las reglas de casa son para tener una mejor convivencia familiar, esto mismo sucede si respetamos las reglas sociales y leyes, que son para mejorar nuestras relaciones fuera de nuestro ámbito personal.

Lo segundo, es lo que compartimos con otras personas; quién gobierne, quien administre, quién eduque, cómo encontrar una solución a los problemas que nos afectan como comunidad. ¿Y de qué nos sirve conocer o identificar estos dos espacios? La respuesta es sencilla, porque lo que sucede en el espacio público surge precisamente de lo que ocurre en el espacio privado.

Si afuera no respetamos las reglas, es porque en casa ni en la escuela no nos enseñaron a respetarlas, por eso se dice que estamos en una crisis de valores en nuestras familias, porque quizá como padres, madres o tutores dejamos la responsabilidad de la educación a los maestros, y estos a los padres y en ningún momento ninguno de estos actores tomó en serio su responsabilidad de formadores en valores, porque educar no es sólo transmitir conocimientos, educar es “transmitir conocimientos en un proceso de enseñanza aprendizaje integral, que contemple los valores como piedras angulares para el desarrollo humano”, y esta enorme responsabilidad recae en quienes participan en los primeros años de formación de los seres humanos.

La imagen que tenemos de nuestros gobiernos, de los representantes en las iglesias, de los maestros, de los empresarios, de los diputados, de quienes dicen representar la ley es el reflejo de lo que somos como sociedad, pues las personas que están en esos espacios de poder llegaron ahí precisamente porque fueron colocados directa e indirectamente por la misma sociedad, la ciudadanía es quien determina quien la representa, porque nuestros representantes fueron sacados por voluntad propia o comunitaria de los espacios privados para estar y dirigir en los espacios públicos.

En este momento nos encontramos en una fase histórica importante, podemos cambiar nuestro entorno público a partir de generar un cambio en nosotros mismos, si cuidamos nuestra persona, nuestra familia, nuestra casa y nuestro planeta, podremos tener una mejor sociedad y un mejor lugar para vivir, porque lo merecemos.


Te invito a que me envíes tus comentarios a mi Twitter @TeBriceo y en Facebook Teodoro  Briceño de la Parra, hasta la próxima.

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